Momentos de crisis y el manejo de las cadenas de suministro

Momentos de crisis y el manejo de las cadenas de suministro

Cada vez más, empresas de todo tipo dependen enormemente del suministro de otras partes del mundo, y estas cadenas de suministro son proclives a sufrir interrupciones. Para evitar retrocesos en la producción, los CEOs ponen foco en el manejo de la inseguridad como una de sus prioridades.

Recientemente, en una reunión de ejecutivos auspiciada por Infor, estos identificaron las fuentes de riesgo que más les preocupaban. La número uno fue la falla del proveedor, seguida por la interrupción en la manufactura, falla en la logística, y aumento en los costos de combustible y energéticos.

Los directores de las cadenas de suministro que han visto la gestión del riesgo como algo que se inicia en respuesta de un evento inesperado, se dan cuenta de que para administrar estas situaciones de manera efectiva se debe de antemano tener planes de crisis. Aunque las interrupciones no pueden predecirse, se pueden crear protocolos adecuados, de manera de absorber las interrupciones potenciales. Entender e identificar los elementos de riesgo debe ser parte de las actividades diarias de los empleados.

Además del manejo del riesgo, los directores de la cadena de suministro entienden lo importante que es tener una reacción ágil frente a un imprevisto, con la finalidad de garantizar una protección ante un suceso inesperado. Cada vez se incorporan más estrategias en las redes de suministro globales, determinando qué procesos y tecnologías serán las que mejor funcionan en las organizaciones para mitigar los riesgos.

Algunos ejemplos de estrategias que la organización puede implementar para que sus procesos sean resistentes y ágiles:

Diseño de redes para mantener las potenciales interrupciones:

Se debe modelar la cadena de suministro y analizar las fuentes de riesgo de su empresa utilizando las herramientas de software disponibles. Existen tecnologías que permiten que las empresas determinen dónde y cuándo comprar, almacenar y movilizar los productos a través de sus redes. Además, dichas herramientas ayudan a evaluar las distintas fuentes, producción, transporte y estrategias, para saber los cambios que ha sufrido el negocio y medir el impacto de las interrupciones de suministro. Como resultado, las empresas emplean sus activos en forma más efectiva, disminuyen los costos, reducen el nivel del inventario y optimizan el servicio al cliente.

Uso de herramientas avanzadas en la cadena de suministro, para una evaluación completa del riesgo:

Desarrollar escenarios diferentes y modelarlos extensivamente para examinar cómo la red puede reaccionar frente a una falta de suministro o capacidad de distribución. Hay que preguntarse: ¿Podemos tener productos cuyo origen sea de distintas regiones y proveedores?¿A qué costo? ¿Cómo impactan en las ventas? ¿Cómo afectan a las ganancias un 20% o más de aumento en los costos de distribución, debido a una escalada del precio del combustible? ¿Cómo modificaría nuestra estrategia de distribución y de transportes? Estos y otros escenarios de la vida real pueden preverse por adelantado.

Desarrollar un proceso de negocio sólido e institucionalizado que considere los riesgos:

Asegurarse de que el proceso considere activamente los posibles riesgos de la cadena de suministro y releve el impacto. Un proceso fuerte de planeamiento de ventas y operaciones puede servir como base para resolver estos temas. En la última década, este proceso estratégico de planeamiento del negocio ha evolucionado hacia algo más que simplemente equilibrar la demanda y el suministro, siendo necesario considerar alternativamente escenarios diversos, como el impacto en la facturación y los márgenes.

Identifique los riesgos de las operaciones diarias:

Los gerentes aprenden a visualizar y comprender las fuentes potenciales de riesgo que pueden impactar en su departamento y formalizar la identificación de estos en sus prácticas diarias. El manejo del riesgo tiene relación con la identificación oportuna de los focos de riesgo dentro de la compañía, evitando que estos se activen y estableciendo un campo de acción y contención en torno a ellos que permita evitar catástrofes mayores.

Crear agilidad en la cadena de suministro:

Se deben desarrollar estrategias de mitigación de riesgos basándose en el principio de destreza de la cadena de suministro. El mercado textil fue uno de los primeros en reconocer los beneficios de la agilidad. La modalidad de rapidez permite a las cadenas de suministro mover los ítems desde la etapa de diseño hasta la tienda en semanas, conforme a las tendencias en los consumidores. Esta estrategia permite contar con una ventaja competitiva masiva para cumplir con las demandas de, por ejemplo, un verano inusualmente frío o lluvioso, o llevar al mercado un accesorio repentinamente considerado “indispensable.” También reduce considerablemente el riesgo de la cadena de suministro.

Las empresas ya reconocen que una bien preparada estrategia de mitigación de riesgo puede volverse un arma competitiva, que permite transformar un evento inesperado en una oportunidad. Y la tecnología sirve como herramienta efectiva para administrar la incertidumbre de las cadenas.

Al analizar los datos críticos del negocio, establecer escenarios “que ocurre si” e instalando procesos automatizados, las empresas pueden gestionar la variabilidad de las incertidumbres de sus cadenas de suministro.

Autor

Jaime Matus,

Director Regional de Infor Cono Sur

Se espera que para el 2015 falten profesionales de las TIC en Latinoamérica

Se espera que para el 2015 falten profesionales de las TIC en Latinoamérica

Se espera que para el 2015 falten profesionales de las TIC en Latinoamérica

La demanda en Latinoamérica por trabajadores capacitados en Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) excederá la oferta en casi un 35% para el año 2015. Así lo indicó un nuevo estudio de la consultora independiente IDC encargado por Cisco, que señala que este déficit de profesionales podría impactar la competitividad de los países de la región.

La metodología de la investigación consiste en que IDC realizó 767 entrevistas en ocho países en Latinoamérica: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú y Venezuela. Las entrevistas fueron segmentadas por industrias verticales y tamaño: gobierno, educación, atención de la salud, telecomunicaciones, servicios financieros, manufactura, venta al por menor y mayor, medios/broadcast/publicidad, viajes/transporte/distribución, recursos y servicios en compañías con más de 100 empleados.

El estudio, Habilidades en Redes y Conectividad en América Latina (Networking Skills Latin America), analizó la disponibilidad de profesionales capacitados en TICs entre los años 2011 y 2015. En el año 2011, América Latina tuvo un faltante de aproximadamente 139.800 profesionales con conocimientos en Tecnologías de Información y Comunicaciones, con una proyección de aumento de la brecha a 296.200 para el año 2015.

En el año 2011, la escasez fue de aproximadamente 139.800 profesionales con conocimientos en redes en toda Latinoamérica, con un aumento de este número a 296.200 para el año 2015. Estas cifras representan una brecha (calculada como una porción de la demanda total) del 27% en el año 2011 y un 35% en el año 2015.

Los conocimientos básicos en redes como la seguridad, telefonía IP, y redes inalámbricas representaron el 55% del total de la brecha de profesionales capacitados en el año 2011 y representará un 44% en el año 2015. Hubo una escasez de alrededor de 76.800 profesionales en el año 2011, que aumentará a 129.100 para el año 2015. Estas cifras representan una brecha del 22% en el año 2011 y del 25% en el año 2015.

La rápida adopción de las tecnologías de redes por parte de las organizaciones en toda la región está continuamente impulsando la demanda de estos conocimientos, causando que la brecha se amplíe a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 14% entre los años 2011 y 2015.

Los conocimientos en tecnologías de redes emergentes como comunicaciones unificadas, video, computación en la nube, movilidad y centro de datos y virtualización, representaron el 45% del total de la brecha de profesionales en el año 2011, aumentando a un 56% en el año 2015. Dentro de este grupo, el estudio estimó una escasez de personal capacitado de aproximadamente 63.000 profesionales, aumentando a 167.100 en el año 2015. Estas cifras representan una brecha incremental proyectada del 42% en el año 2011 y de un 53% en el año 2015. En la medida en que estas tecnologías ascienden y logran apoyo dentro de las organizaciones de Latinoamérica, la demanda por estos conocimientos causará que se amplíe la brecha a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 28% entre los años 2011 y 2015.