Tus Coordenadas para el Éxito Profesional y las del GPS de la Empresa… ¿Están Siquiera en el Mismo Continente?

Hace un par de trimestres, tuve mi reunión de evaluación de desempeño. Mi jefe, una persona muy correcta y orientada a los datos, desplegó una pantalla con mis métricas del período. Se habló de porcentajes de cumplimiento, de tiempos de respuesta, de eficiencias y de varios otros indicadores clave de rendimiento, los famosos KPIs. Todo estaba en orden, los números eran buenos. Pero mientras asentía, una sensación extraña me recorría por dentro. La conversación era sobre mi “éxito”, pero se sentía como si estuvieran hablando del rendimiento de una pieza de maquinaria, no de mi desarrollo como profesional.

Esa noche, en casa, reflexioné sobre ello. Me di cuenta de que yo defino mi éxito con un conjunto de coordenadas muy diferentes: Latitud “aprender algo nuevo cada mes”, Longitud “sentir que mi trabajo ayuda a mis compañeros”, Altitud “terminar el día con energía para mi familia”. Y al compararlas con las coordenadas que la empresa había fijado en su GPS —incrementar la cuota de mercado un 5%, reducir costos operativos un 3%—, me asaltó una duda monumental. No es que mis coordenadas y las suyas estuvieran a unos kilómetros de distancia. La pregunta era siquiera si estábamos en el mismo continente.

Esta no es una crítica destructiva, sino el inicio de una conversación vital. En el mundo corporativo, asumimos que todos viajamos en el mismo barco, pero rara vez nos preguntamos si todos soñamos con llegar al mismo puerto.

Definiendo mis propias coordenadas: Latitud “Propósito”, Longitud “Crecimiento”

Tener claras tus propias coordenadas profesionales es, en mi opinión, un superpoder. Es la diferencia entre ser un pasajero en tu carrera y ser el piloto. Y estas coordenadas son mucho más ricas y complejas que un simple título en una tarjeta de presentación.

Para mí, y para muchos colegas con los que he hablado, el “éxito” es un cóctel personalísimo que puede incluir:

  • Maestría y Autonomía: La libertad de tomar decisiones y la oportunidad de volverte realmente bueno en lo que haces.
  • Crecimiento Constante: No solo vertical, sino horizontal. Aprender habilidades nuevas, entender otras áreas del negocio, mantener la mente activa.
  • Impacto y Propósito: La necesidad de ver una conexión clara entre tus tareas diarias y un resultado positivo y tangible.
  • Bienestar y Equilibrio: La capacidad de rendir al máximo en el trabajo sin tener que sacrificar la salud mental, física y las relaciones personales.

Cuando un empleado tiene este nivel de autoconciencia, no es un problema para la empresa; es su mayor activo. Tienes a alguien que no necesita que lo empujen, porque ya tiene su propio motor. El desafío es asegurarse de que ese motor no lo esté llevando en dirección contraria al resto del equipo.

El GPS de la empresa: Un destino fijado en métricas y resultados

Ahora, seamos justos y miremos al otro lado del mapa. Las empresas no pueden operar en base a las vibras y los buenos deseos. Necesitan un destino claro, y en el lenguaje de los negocios, ese destino se escribe con números, métricas y resultados. El GPS corporativo está programado con coordenadas muy precisas: objetivos de ventas, márgenes de beneficio, eficiencia operativa, satisfacción del cliente.

No hay nada de malo en ello. Esas métricas son las que pagan los salarios, financian la innovación y, en última- instancia, garantizan la supervivencia de la organización. El problema no es el destino, sino cómo se comunica el viaje. A menudo, la dirección simplemente nos da el siguiente giro a la derecha (“aumentar las ventas un 10%”) sin mostrarnos el mapa completo, sin explicarnos por qué esa ruta es la mejor y qué paisajes increíbles veremos si llegamos a ese destino.

Es aquí donde el departamento de recursos humanos tiene una oportunidad gigantesca. Su rol trasciende la simple gestión; se convierte en el de un narrador, un guía turístico que puede hacer que el destino de la empresa suene como una aventura emocionante en la que todos quieren participar.

Cuando tu destino está en América del Sur y el de la empresa en Australia

La desconexión, cuando ocurre, es brutal. Es como sufrir de jet lag crónico en tu propio escritorio. Estás físicamente presente, cumpliendo con tus horas, pero tu mente, tu motivación y tu energía están en otro huso horario, en ese continente lejano donde se encuentran tus verdaderas coordenadas de éxito.

Los síntomas son claros:

  • Apatía: El trabajo se convierte en una lista de tareas a tachar. La pasión y la creatividad desaparecen.
  • Cinismo: Las grandes declaraciones de la empresa sobre “visión” y “misión” empiezan a sonar huecas, incluso irónicas.
  • Aislamiento: Te sientes desconectado de tus compañeros y de los objetivos del equipo, porque sientes que estás en un viaje que no elegiste.
  • Fuga de Talento: Finalmente, la persona mira por la ventana, ve un avión que parece ir en la dirección correcta y decide comprar un boleto.

Una buena administración de personal no es solo la que gestiona contratos y nóminas, sino la que sabe poner un sismógrafo para detectar estos temblores de desconexión antes de que se conviertan en un terremoto.

Trazando una ruta convergente: La expedición conjunta hacia el éxito

Alinear dos continentes parece imposible, pero en el mundo profesional, se puede hacer. Requiere que ambas partes, el empleado y la empresa, dejen de mirar sus mapas en secreto y los pongan juntos sobre la mesa.

Como empleado, tu rol como explorador:

  • Verbaliza tus coordenadas: Tu jefe no puede leerte la mente. En tus conversaciones de seguimiento, habla de tus aspiraciones. No se trata de exigir, sino de compartir: “Me encantaría desarrollar habilidades en gestión de proyectos, ¿ves alguna oportunidad donde pueda aplicarlo y que a la vez ayude al equipo?”.
  • Busca los puntos de interés comunes: Si el GPS de la empresa marca “innovación” y a ti te apasiona la tecnología, ahí hay una ruta compartida. Propón una nueva herramienta, lidera una pequeña iniciativa de mejora.
  • Pide un guía local: Pregúntale a tu mánager: “¿Cómo puedo alinear mejor mis metas de desarrollo con los objetivos del departamento para este año?”. Esa simple pregunta puede abrir una conversación transformadora.

El rol de la empresa como cartógrafo maestro:

El principal objetivo de recursos humanos debe ser crear un “mapamundi” donde las coordenadas de los empleados y el GPS de la empresa puedan coexistir y, mejor aún, converger. Esto es, en esencia, la respuesta a la pregunta de “qué es recursos humanos en una empresa“: es la función que se asegura de que el viaje de la compañía sea también un viaje de desarrollo significativo para su gente. Esto implica formar a los líderes para que sean buenos navegantes, capaces de guiar a sus equipos mostrando cómo las rutas individuales contribuyen a la expedición global.

La tecnología como el satélite que nos conecta a todos

Intentar hacer esta cartografía a mano, con cientos o miles de empleados, es una tarea titánica. Por suerte, la tecnología hoy funciona como un sistema de satélites que nos da una visión global y en tiempo real. Las plataformas de gestión de talento nos permiten superponer los mapas.

Los sistemas modernos pueden vincular los objetivos individuales directamente con la misión de la empresa. Las herramientas de desarrollo de carrera pueden mostrar a un empleado las posibles rutas y destinos dentro de la organización, creando un “Google Maps” para el crecimiento interno. La analítica de datos puede incluso alertar a RR.HH. cuando detecta que un número significativo de empleados está “desviándose de la ruta”, indicando un problema de alineación a gran escala que necesita atención.

HTIS: El sistema GPS para alinear las coordenadas del talento

Aquí es donde una plataforma integral como HTIS deja de ser un simple software para convertirse en un verdadero sistema de navegación para el talento humano. Ofrece las herramientas para que la empresa y el empleado no solo vean sus propios mapas, sino que puedan trazar una ruta juntos.

  • Evaluaciones de Desempeño: Este módulo es la mesa de planificación donde se sincronizan los GPS. Permite configurar evaluaciones por objetivos, por competencias o incluso modelos como feedback 360 grados. Es el espacio formal para que empleado y mánager comparen coordenadas y se aseguren de que el rendimiento medido está alineado con un propósito compartido.
  • Gestión de Capital Humano: Piensa en este módulo como el expediente de viaje o el pasaporte de cada empleado. Centraliza digitalmente todo su historial laboral, sus habilidades, sus formaciones y sus logros. Hace que las “coordenadas” de cada persona (su experiencia y aspiraciones) sean visibles para la organización, facilitando la búsqueda de rutas internas y oportunidades.
  • Diseño Corporativo: Esta funcionalidad traza el mapa completo del “continente” de la empresa. Define la estructura, los departamentos, los perfiles de puesto y las escalas salariales. Ofrece una visión clara del territorio, permitiendo a los empleados ver dónde están y a dónde podrían llegar, haciendo el viaje menos incierto.
  • Portal de Autogestión: Esta es quizás la herramienta más potente para la alineación, ya que entrega el control al empleado. A través del portal, cada uno puede gestionar sus solicitudes de vacaciones o permisos, consultar sus boletas de pago y, lo más importante, participar activamente en su propio desarrollo. Es como tener la app de navegación en tu mano, permitiéndote explorar rutas mientras te mantienes dentro del territorio de la empresa.

Al final, no se trata de que todos tengamos exactamente las mismas coordenadas. Se trata de asegurarnos de que, aunque busquemos destinos ligeramente diferentes, lo hagamos en el mismo continente y bajo el mismo cielo. Cuando una empresa entiende esto y utiliza la tecnología para facilitarlo, no solo alcanza sus metas; se convierte en el continente donde todo el mundo quiere trazar su mapa.

HTis – Software para Recursos Humanos

Contar con un software de Recursos Humanos brinda a los responsables de este departamento las herramientas necesarias para poder gestionar de una mejor manera el equipo de trabajo y centrar sus tareas en funciones más estratégicas su organización.