En el imaginario colectivo, la imagen del profesional de mantenimiento ha estado, durante décadas, asociada a una figura masculina. Un hombre con herramientas en mano, enfrentándose a la grasa, el ruido y la imponente maquinaria industrial. Es una estampa comprensible, forjada en una era donde la fuerza física era a menudo un requisito principal para el trabajo. Sin embargo, aferrarse a esa imagen hoy en día no solo es anacrónico, sino que es estratégicamente perjudicial para cualquier organización que aspire a la excelencia operativa.
El sector de la gestión de activos y mantenimiento está en plena transformación. La fuerza bruta ha cedido el paso a la agudeza intelectual, la planificación meticulosa y la destreza tecnológica. En este nuevo escenario, el talento no tiene género. La creciente presencia de mujeres en roles técnicos, desde la planificación y la supervisión hasta la ejecución en campo, no es una mera tendencia social; es una ventaja competitiva tangible.
La diversidad en los equipos no solo enriquece el ambiente de trabajo, sino que potencia los resultados. Equipos heterogéneos abordan los problemas desde múltiples ángulos, encuentran soluciones más creativas y, en última instancia, elevan el estándar de la confiabilidad y la eficiencia.
Este artículo no busca ser un manifiesto, sino una reflexión práctica y lógica sobre una realidad innegable. Exploraremos el porqué de este cambio, los aportes invaluables que las mujeres están brindando a nuestros equipos técnicos, los desafíos que aún persisten y, fundamentalmente, cómo podemos, desde la gerencia y la operación, no solo aceptar este cambio, sino impulsarlo activamente para fortalecer nuestras organizaciones.
El Viento del Cambio: ¿Por Qué Ahora?
El incremento de la participación femenina en áreas de mantenimiento no es una casualidad. Responde a una confluencia de factores que han redefinido la naturaleza misma de nuestro trabajo. Ignorar estas corrientes es quedarse anclado en un pasado que ya no volverá.
La Evolución del Rol del Mantenimiento
Hemos migrado de un enfoque puramente reactivo —esperar a que algo se rompa para arreglarlo— a estrategias mucho más sofisticadas. Los tipos de mantenimiento que dominan la conversación actual son el preventivo, el predictivo y el prescriptivo. Estos enfoques son eminentemente intelectuales.
- Mantenimiento Preventivo: Requiere disciplina, organización y una planificación rigurosa para ejecutar tareas antes de que ocurra una falla.
- Mantenimiento Predictivo: Se basa en el análisis de datos, la interpretación de tendencias a partir de sensores y la capacidad de anticipar fallos con base en evidencia.
- Mantenimiento Centrado en la Confiabilidad (RCM): Es un ejercicio profundamente analítico que busca comprender los modos de fallo de los activos y diseñar las estrategias más eficientes para mitigarlos.
Estas disciplinas dependen menos de la capacidad para levantar una pieza pesada y mucho más de la capacidad para analizar un informe, interpretar un gráfico de vibraciones o programar una secuencia de tareas en un CMMS. La habilidad crítica ya no es solo la destreza manual, sino la capacidad de transformar datos en decisiones acertadas.
La Tecnología como Gran Nivelador
La tecnología ha democratizado el acceso a roles que antes podían tener barreras físicas. La inspección de un tanque elevado ya no exige necesariamente subir a una estructura peligrosa; puede realizarse con un dron. El diagnóstico de una bomba compleja no se hace solo “a oído”, sino con sensores de ultrasonido y análisis de datos.
La implementación de software de gestión de activos empresariales, o
EAM, ha centralizado la información, estandarizado los procesos y permitido una gestión más objetiva del trabajo. La era digital ha puesto el foco en las competencias analíticas y de gestión, habilidades que se distribuyen por igual entre hombres y mujeres.
El Valor Añadido: Aportes Invaluables de la Mujer en Equipos Técnicos
La inclusión de mujeres en equipos de mantenimiento no es un ejercicio de “casillas por marcar”. Su presencia aporta una serie de habilidades y perspectivas que, desde mi experiencia, fortalecen directamente la operatividad y la cultura del departamento.
- Atención Meticulosa al Detalle: En mantenimiento, el diablo está en los detalles. Un torque mal aplicado, un paso omitido en una lista de verificación o una lectura mal interpretada pueden tener consecuencias catastróficas. He observado una tendencia consistente hacia una mayor meticulosidad y seguimiento de procedimientos en equipos diversos. Esta atención al detalle es oro puro en tareas de diagnóstico, análisis de causa raíz y ejecución de planes de mantenimiento preventivo.
- Habilidades de Comunicación y Colaboración: El mantenimiento no es una isla. La coordinación con operaciones, almacén, seguridad y planificación es constante. Una comunicación clara y efectiva es fundamental para evitar malentendidos y garantizar que el trabajo fluya sin contratiempos. Las mujeres, a menudo, aportan estilos de comunicación que fomentan la colaboración y la construcción de consensos, desarmando la cultura de silos que tanto daño hace a las empresas.
- Resolución de Problemas desde Nuevas Perspectivas: Un equipo homogéneo tiende a pensar de manera homogénea. La diversidad de experiencias y puntos de vista es un catalizador para la innovación. Incorporar a profesionales con diferentes trasfondos y formas de analizar un problema nos obliga a todos a cuestionar el “siempre se ha hecho así” y a encontrar soluciones más robustas y eficientes.
- Foco en la Seguridad y el Orden: La seguridad no es negociable. Una cultura de seguridad sólida se basa en el cumplimiento riguroso de los procedimientos y en una conciencia situacional constante. La tendencia a la organización y al seguimiento de protocolos que a menudo caracteriza el trabajo de muchas profesionales técnicas contribuye directamente a crear entornos de trabajo más seguros y ordenados (5S).
- Resiliencia y Determinación: Seamos honestos: ingresar a un campo tradicionalmente dominado por hombres requiere una dosis extra de determinación. Las mujeres que eligen esta carrera suelen ser profesionales con una gran resiliencia, una fuerte ética de trabajo y un profundo deseo de demostrar su valía a través de la competencia y los resultados. Esta energía es contagiosa y eleva el nivel de todo el equipo.
Navegando Aguas Turbulentas: Los Desafíos Persistentes
Sería ingenuo y poco práctico ignorar que, a pesar de los avances, las mujeres en mantenimiento todavía enfrentan barreras significativas. Como líderes, nuestro deber es reconocerlas y trabajar activamente para derribarlas.
- El Sesgo Inconsciente: Quizás el desafío más difícil. Son las suposiciones que se hacen sin mala intención pero que limitan oportunidades: asumir que una mujer no querrá un trabajo con turnos rotativos, asignarle sistemáticamente tareas de planificación en lugar de ejecución, o explicarle un concepto técnico con más condescendencia que a un colega masculino.
- La Cultura del “Club de Toby”: Ambientes donde las conversaciones, las bromas y las dinámicas sociales excluyen implícitamente a quienes no encajan en el molde tradicional. Esto puede generar aislamiento y dificultar la integración plena en el equipo.
- Falta de Representación y Mentoría: Es difícil aspirar a ser algo que no puedes ver. La escasez de mujeres en puestos de liderazgo en mantenimiento hace que las jóvenes profesionales tengan menos modelos a seguir y menos acceso a mentores que entiendan sus desafíos particulares.
- Ergonomía y Equipamiento: Muchos equipos de protección personal (EPP), herramientas e incluso instalaciones (como vestuarios) han sido diseñados pensando exclusivamente en la fisionomía masculina. Esto no es solo un problema de comodidad, sino de seguridad.
- Conciliación de la Vida Laboral y Personal: Aunque es un desafío para todos, las expectativas sociales a menudo imponen una carga mayor sobre las mujeres. Las empresas con políticas de trabajo rígidas y poca flexibilidad pueden estar perdiendo talento valioso que necesita un enfoque más moderno de la conciliación.
Construyendo Puentes, No Muros: Estrategias para una Cultura Inclusiva
Fomentar un entorno donde las mujeres no solo sobrevivan, sino que prosperen, requiere un esfuerzo deliberado y sostenido. No se trata de crear programas “para mujeres”, sino de construir una cultura de excelencia para todos, basada en el mérito y el respeto.
- Compromiso desde la Alta Gerencia: El cambio debe ser visible desde arriba. Los líderes deben comunicar de forma clara y consistente la importancia estratégica de la diversidad y respaldar las políticas con acciones.
- Reclutamiento y Selección Conscientes: Hay que ir a buscar el talento donde está. Participar en ferias de carreras en escuelas técnicas con población femenina, revisar las descripciones de los puestos para eliminar lenguaje sesgado y asegurar que los paneles de entrevista sean diversos son pasos concretos.
- Desarrollo y Planes de Carrera Claros: Ofrecer las mismas oportunidades de formación y desarrollo a todos. Implementar programas de mentoría que conecten a profesionales junior con senior (hombres y mujeres) para guiar su crecimiento. Las promociones deben basarse en métricas de desempeño objetivas, gestionadas a través de sistemas transparentes.
- Tolerancia Cero al Acoso y la Discriminación: Establecer políticas claras y canales de denuncia seguros. Más importante aún, actuar de manera contundente y visible cuando se produce una infracción. La inacción es la forma más rápida de destruir la confianza y la cultura.
- Adaptación del Entorno de Trabajo: Invertir en EPP de diferentes tallas y diseños, asegurar que las instalaciones sean adecuadas para todos y evaluar la ergonomía de las herramientas es una demostración práctica de que la empresa se preocupa por el bienestar de todos sus empleados.
La Conexión Tecnológica: La Era Digital como Catalizador de la Inclusión
La tecnología es, sin duda, uno de los mayores aliados en la construcción de un campo de mantenimiento más inclusivo. La transformación digital del sector industrial está redefiniendo los perfiles profesionales, poniendo el énfasis en habilidades que no están ligadas al género.
La proliferación de sensores y el Internet de las Cosas (IoT) generan un volumen de datos sin precedentes. La clave del mantenimiento moderno ya no es solo la reparación, sino la interpretación de esos datos para predecir fallos. El análisis de vibraciones, la termografía, el análisis de aceites y otras técnicas predictivas requieren de una mente analítica y un conocimiento profundo del activo, no de una fuerza física particular. Aquí es donde plataformas como un
HxGN EAM se vuelven cruciales, al centralizar y dar sentido a toda esta información.
El uso de dispositivos móviles, tablets y aplicaciones de
CMMS/EAM permite a los técnicos acceder a órdenes de trabajo, historiales de activos, planos y listas de verificación directamente en el campo. Esto estandariza la ejecución, asegura que se sigan los procedimientos y reduce la dependencia del conocimiento “tribal” que a veces perpetúa las culturas cerradas. La digitalización del trabajo nivela el campo de juego, pues el éxito depende de la correcta utilización de la información proporcionada por el sistema.
Finalmente, tecnologías como la realidad aumentada pueden guiar a un técnico a través de una reparación compleja paso a paso, y la robótica puede asumir las tareas más peligrosas o físicamente exigentes. El futuro del mantenimiento es tecnológico, y ese futuro es intrínsecamente más inclusivo.
Maximizando el Potencial del Equipo con HxGN EAM
Para que las estrategias de inclusión sean efectivas, deben estar soportadas por sistemas de gestión que promuevan la objetividad, la transparencia y la estandarización. Un software de gestión de activos como HxGN EAM es una herramienta poderosa para lograrlo, ya que ayuda a mitigar los sesgos y a centrarse en el desempeño.
- Estandarización de Procesos: HxGN EAM permite crear órdenes de trabajo, listas de tareas y procedimientos de seguridad estandarizados. Esto garantiza que todos los técnicos, independientemente de su género o experiencia, sigan los mismos protocolos aprobados, basando la ejecución en las mejores prácticas y no en hábitos personales o prejuicios.
- Decisiones Basadas en Datos: La plataforma centraliza todos los datos de los activos, desde los costes de los diferentes tipos de mantenimiento hasta los historiales de fallos. Las decisiones sobre qué activo priorizar o qué estrategia de mantenimiento aplicar se toman con base en KPIs, análisis de criticidad y datos de condición. Esto crea una meritocracia donde las recomendaciones se valoran por su solidez técnica, no por quién las emite.
- Gestión del Talento Objetiva: El sistema permite registrar las cualificaciones, certificaciones y formaciones de cada empleado. A la hora de asignar tareas complejas o considerar promociones, la gerencia puede consultar datos objetivos sobre quién posee las competencias necesarias, evitando decisiones basadas en la afinidad o el sesgo.
- Visibilidad y Transparencia: Al gestionar todo el ciclo de vida del trabajo en una única plataforma, desde la solicitud hasta el cierre, se crea un registro auditable y transparente. Esto facilita la evaluación justa del desempeño y la productividad de todos los miembros del equipo.
- Empoderamiento a través de la Movilidad: Las soluciones móviles de HxGN EAM equipan a cada técnico en campo con la misma información y capacidad de reporte. Esto democratiza el acceso a la información y empodera al individuo, reduciendo la dependencia de jerarquías informales y promoviendo la autonomía basada en la competencia.
Conclusión
La incorporación plena de la mujer en el mantenimiento industrial no es un tema de cuotas ni de corrección política. Es una imperiosa necesidad estratégica. En un sector que demanda más inteligencia, más análisis, más planificación y más tecnología, no podemos permitirnos el lujo de desperdiciar el 50% del talento disponible.
Las mujeres que hoy rompen barreras en nuestros talleres, plantas y refinerías están demostrando cada día que la competencia, la dedicación y la pasión por la técnica no entienden de género. Como líderes y profesionales del mantenimiento, nuestro deber es crear las condiciones para que ese talento florezca, no por altruismo, sino porque es la forma más inteligente de asegurar la confiabilidad, la eficiencia y la competitividad de nuestras operaciones.
El futuro del mantenimiento es diverso. Y sistemas robustos como un EAM son la columna vertebral que nos permitirá gestionar esa diversidad de forma justa, objetiva y eficaz. El camino está trazado; es hora de recorrerlo con convicción.